Burócratas
Axel Kaiser Director Ejecutivo Fundación Para el Progreso
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Axel Kaiser
Como muchos pueblos, los checos sufrieron los horrores del socialismo durante la Guerra Fría. Fue en ese país donde tuvo lugar la famosa “revolución de terciopelo”, movimiento político, social y cultural que puso fin pacíficamente a la dictadura del partido comunista, permitiendo transitar hacia una democracia liberal basada en la economía de mercado.
El líder más emblemático de la resistencia a la dictadura socialista fue el dramaturgo y pensador Václav Havel, quien tiempo después se convertiría en presidente de la República Checa. Havel es conocido por haber participado del “teatro del absurdo”, movimiento que cuestiona con humor y relato incoherente diversos aspectos de la vida en sociedad.
Las obras de Havel contribuyeron como pocas a desbancar la credibilidad del socialismo a nivel popular. El Memorándum, por ejemplo, contiene todos los elementos para entender el divorcio entre el discurso socialista y la realidad que crea, y para evidenciar el absurdo en que se sumergen quienes intentan justificarlo. Por suerte para los chilenos, en nuestro país se ha comenzado a estrenar una obra inspirada en Memorándum bajo el titulo Burócratas. Si a usted le gusta el teatro, ésta sin duda será una de las mejores que habrá visto en los últimos tiempos y, si no acostumbra a ir al teatro, esta es la ocasión perfecta para comenzar a incursionar en esa área de la cultura tan influyente.
Y es que la obra Burócratas no solo es divertida, llena de humor y picardía, sino que constituye una cáustica crítica a la realidad política e ideológica del Chile de hoy. Como tal rescata la esencia de la obra de Havel combinando magistralmente mensajes trascendentes con alusiones contingentes. Desde jóvenes colegiales a personas mayores se han visto cautivados por el elenco de fantásticos actores, la temática de la obra y su notable puesta en escena. La verdad es que es imposible no identificarse con lo que ocurre en ella cuando se ve lo absurdo que a veces resulta la burocracia con sus infinitas regulaciones, malos incentivos y aislamiento del mundo real, todas cosas que llegarían a exasperar al mismísimo Che Guevara, entre cuyos escritos se encuentran duros ataques a la burocracia estatal socialista.
Pero más importante aún, la obra destaca el tradicional desprecio que los ingenieros sociales o “expertos” sienten por la gente común. Siguiendo esa lógica, Burócratas muestra crudamente la desconfianza que los “expertos” gubernamentales sienten por todo lo que sea espontáneo y su consecuente necesidad de intervenir incluso aquello que muestra funcionar bien solo para terminar arruinándolo. En esa linea, la obsesión con reformas justificadas sobre la base de prejuicios ideológicos que la obra presenta, nos recuerda sin lugar a dudas el ímpetu reformista de la Nueva Mayoría.
Burócratas también hace una lúcida y mordaz critica a la arrogante pretensión de universalidad y moralidad que suelen tener funcionarios, intelectuales y políticos cuando invocan al “pueblo” para justificar sus reformas y ansias de acumular más poder. Lo anterior es situado en el contexto de una total difusión de responsabilidades cuando las cosas andan mal y de una comodidad y bienestar que los “burócratas” disfrutan mientras el “pueblo” del que hablan carece de los bienes básicos producto de la escasez y de la inflación. Esto último fue una característica de todos los regímenes socialistas y Checoslovaquia no fue la excepción, así como Venezuela no es hoy una excepción.
Son, por cierto, muchos más los mensajes e ideas atemporales que la obra Burócratas basada en la dramaturgia de Havel nos ofrece y que usted junto a su familia podrá apreciar si asiste a alguna de las funciones que se realizarán en Santiago los días 26 y 27 de mayo, y 2 y 3 de junio en el Teatro Universidad Autónoma. Si le interesa la combinación de cultura, política y humor, no se la puede perder.